A la hora de reducir la carga tóxica derivada de los productos de limpieza en nuestro hogar y los efectos que esas sustancias podrían tener en nuestra salud, hay muchas cosas que podrían hacerse. Unas más exigentes y otras menos.
Lo menos exigente es
seguir usando productos que se sabe que pueden contener sustancias dañinas, pero hacerlo de un modo más cauteloso. Tomando más precauciones con cosas que se sabe que entrañan un riesgo singular como los aerosoles, adoptando medidas de protección, usando menos productos y en menor cantidad…
seguir usando productos que se sabe que pueden contener sustancias dañinas, pero hacerlo de un modo más cauteloso. Tomando más precauciones con cosas que se sabe que entrañan un riesgo singular como los aerosoles, adoptando medidas de protección, usando menos productos y en menor cantidad…
Lo más exigente es usar productos realmente ecológicos y más naturales.
Entidades como la Agencia de Protección Ambiental de California recomiendan las más diversas medidas para evitar una excesiva acumulación de sustancias perjudiciales en los edificios. Entre ellas usar menores cantidades de producto, usarlos con un contenido menos preocupante, hacer menos necesario limpiar una y otra vez reduciendo la entrada de suciedad…
Es importante introducir una racionalidad en la compra de productos de limpieza adquiriendo sólo los que veamos realmente esenciales. Ello reducirá también la complejidad del cóctel químico que puede crearse en casa.
Es importante también, tener los envases bien cerrados y en dependencias de la casa desde las que no pueden estar causando emanaciones.
Pero por mucho que intentemos racionalizar el uso de productos que contengan tóxicos es mejor usar otros que no los tengan en su contenido.
Productos ecológicos
Existe un creciente mercado de productos de limpieza bastante exigentes en cuanto a no contener ciertos grupos de sustancias problemáticas (como ciertas fragancias sintéticas, por ejemplo) y que son tan eficaces o más que los más tóxicos. Este tipo de productos puedes adquirirlos en nuestra tienda Pura Vida, en Santomera (Av. Juan Carlos I, 36).
Conviene documentarse seriamente sobre qué etiquetados ecológicos son realmente exigentes. Hay muchos productos que se etiquetan como “ecológicos” tan solo por haber prescindido de un tipo de componentes pero que pueden seguir conteniendo muchos otros perjudiciales. Los productos de limpieza realmente ecológicos a los que nos referimos cumplen más requisitos.
Una cosa importante a considerar es que no debe confundirse que una cosa esté limpia con que huela a algo. De hecho, entre las sustancias químicas que más problemas dan se cuentan algunas fragancias sintéticas. Lo limpio no huele a nada en principio.
Soluciones caseras
Por último, existen soluciones naturales que se usaban perfectamente antes de que una serie de industrias creasen la falsa necesidad de utilizar sus productos químicos sintéticos. Soluciones que permiten prescindir de la compra de productos preparados.
Se trata de usar cosas como:
- Bicarbonato sódico
- Vinagre blanco o de manzana
- Limón
- Bórax (este último con alguna precaución)
El vinagre es un producto que fue muy usado en la limpieza de los hogares durante muchísimo tiempo. Por su contenido ácido desincrusta y es un buen anti-cal y desinfectante. Podemos limpiar con él los suelos, añadiéndolo al agua (si acaso con un poco de jabón). Igualmente los cristales , azulejos, y muchas cosas más. Añadiendo sal o bicarbonato tendremos un limpiador general bastante aceptable. También si añadimos bicarbonato, bórax y limón. Para un suelo de madera bastará con añadir aceite de oliva al vinagre. Para bruñir muebles lo mismo con limón .
Uno de los lugares en los que se suelen usar sustancias más fuertes son los cuartos de baño. Sin embargo, en lugar de hacer eso, muchas veces bastaría con dejar actuar unas horas el vinagre y el bicarbonato (cosa que puede potenciarse añadiendo bórax, o incluso hacerse con este último y con limón).
Con el bicarbonato , aparte de desodorizar, podemos limpiar (añadiendo agua más o menos caliente según los casos) baños, suelos, fregadero, alfombras,… Un producto de limpieza fuerte para la cocina podemos obtenerlo con bicarbonato y limón. Incluso para el horno, a lo que puede ayudar añadir algo de jabón. Es más, para algo como una tubería atascada, que tantas veces sirve para usar sustancias terribles, puede bastar en muchos casos dejar caer agua caliente tras haber dejado actuar unos minutos una mezcla de vinagre con mucha sal y bicarbonato. También ayuda instalar rejillas que dificulten los atascos.
Cosas con cualidades desinfectantes: jabón, bórax, vinagre… o aceites esenciales de: tomillo, enebro, cedro, eucalipto, geranio, lavanda…
Hay otras muchas soluciones sencillas que pueden permitirnos no usar en casa productos que contengan sustancias preocupantes. Todo es cosa de indagar un poco. Puedes pasarte por nuestra tienda y te recomendaremos el que mejor se adapta a tus necesidades.
Fuente: Hogar sin tóxicos
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